Los cambios económicos y sociales de las últimas décadas transformaron la fisonomía popular en la Argentina y en el mundo. Una forma de abordar esos cambios es, sin duda, analizar el nuevo conflicto social: reclamos sindicales diversificados, nuevas demandas sociales y la movilización de las mujeres y disidencias, este último el fenómeno político más significativo de los últimos años, porque afecta la vida pública y privada de la ciudadanía en todas sus dimensiones. Creemos que no se puede hablar de democracia sin atender la profundidad de los debates que hoy se ponen sobre la mesa en este escenario, y que radicalizar la democracia no es solamente “saber escuchar” esas demandas, sino transformar el modo en el que se tramitan en el orden político actual.
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